domingo, 3 de octubre de 2010

Capítulo 1.Las cosas son como son, porque han de ser como son.


La música como industria que intenta vender un producto, es un negocio mal estructurado y organizado en el que los empresarios odian el propio producto que intentan vender.
La música como medio de transmisión de mensajes, ideas y sentimientos es un arte. 
Para muchos poder disfrutar de una grabación o un concierto es un derecho, para otros un privilegio.
Para mi, es una forma de entender el mundo. Y como tal, es a través de la música que estructuro y construyo mis relaciones sociales y afectivas, mis rutinas y mis tiempos, mis miedos, mis alegrías y mis tristezas. En definitiva, la forma en la que vivo.
Mi nombre no es relevante. Nombrar en que formaciones he militado o hacer una lista de mis logros y/o fracasos musicales “is useless here”,  aquí hablamos de música en estado puro.

Solo decir que tengo casi 33 primaveras y llevo más de media vida enganchado a una guitarra, a papel y lápiz y a un reloj que se para.

Algunos me dicen que soy músico, otros que soy cantante, otros que si guitarrista/ pianista, otros que si compositor y un largo bla, bla, bla…

Yo ya ni lo pienso. Solo se que a mi lo que me motiva para levantarme cada día de la cama  es escribir canciones.

A algunos les gusta irse de compras, a otros les apasiona vivir en pareja y pasear su amor, otros ni se plantean por qué viven como viven y simplemente viven, otros se ponen hasta el culo los fines de semana y otros se escudan en poses para mostrar algo que no son, porque no saben quienes son.

A mi me apasiona pasar horas y horas pensando y construyendo un “Tetris musical”.

Me encanta encerrarme en un local de ensayo.
Me siento como un niño con juguetes nuevos cuando entro a grabar en un estudio.

Mi intención es conmoverme a mi mismo y filtrar mi visión del mundo a través de notas y melodías.

Mi trabajo compartirla y comer de/para escribir canciones.

Mi avaricia se nutre cuando oigo un “Cojonudo chaval”.
La ambición es un pecado y una fuente de crecimiento/destrucción personal.
No tengo formación reglada.
No tengo buena técnica.
Nadie me enseñó a cantar, nadie me enseñó a escribir.
Abandoné el conservatorio y otras formaciones teóricas porque considero que matan cualquier ápice de creatividad que una persona pueda albergar  en su alma.
A veces me arrepiento de no haber hecho más caso a mis padres en su momento y me estiro de los pelos por no haber estudiado más para ser un virtuoso.
Dejé dos carreras universitarias que hubiesen llenado mi cuenta bancaria a fin de mes.

Nunca me han gustado las universidades, en ellas me he sentido vacío.

Para mí en la mayoría de los casos, los campus universitarios son un desfile de hormonas contenidas en cuerpos perdidos que están ahí por no estar en casa.

La gente que conozco que ha triunfado en la vida y que más feliz vive es la gente que ha hecho las cosas a su manera y no se ha dejado llevar por las imposiciones sociales. Y no han ido a la universidad.
 

Siempre he tenido un problema con la autoridad. No tolero que me digan como  tengo que hacer las cosas y menos aún si no me dan un “porque” convincente.
Pero pienso que todo sigue su cauce y que las mayoría de las veces las cosas son como son, porque han de ser como son.
Hay tiempo de aprender si uno realmente tiene ganas.

A nivel laboral me formé como ingeniero de sonido para poder trabajar pintando lienzos sonoros.
A nivel musical me he formado escuchando y he escrito sobre lo que me ha ido pasando.
Para escribir tengo que aislarme totalmente del mundo y de la gente y cuanto más solo me siento más escribo. 
Pese a todo, no soy una persona del todo solitaria, me encanta pasar tiempo de calidad con las personas a las que quiero y me apasiona conocer gente de otros países y otras culturas.
Pocos de mis mejores amigos están cerca de mi hablando geográficamente.

Tengo parte de mi vida y de lo yo que considero mi familia dispersada por Londres, Miami, Colorado, Nueva York, Brasil, Barcelona, Madrid y Castellón.
Y aunque no los vea a menudo son la gente que más cerca siento de mi.

Este blog pretende ser un diario de a bordo de un nuevo proyecto musical que estoy desarrollando.
En él quiero hablar de cómo escribí tal canción, de que habla la letra, de las primeras demos grabadas, de lo que quiero transmitir, de cómo quiero que quede…
Haré un seguimiento de lo que viene siendo una producción musical desde que una idea nace hasta que se plasma.
Hablaré de la importancia de la figura del productor, del trabajo con músicos nuevos, de las sesiones de grabación, del mastering final.
Explicaré la gran importancia que tiene trabajar con diseñadores graficos que entiendan tu trabajo musical a la hora de desarrollar el "artwork" de un álbum .
Estáis todos invitados a seguirlo y también estáis todos invitados a ignorarlo.
Yo seguiré escribiendo, porque escribir es lo que más me gusta. 
Muchas personas me preguntan a  veces que orden sigo para escribir una canción.
Pues bien, no hay orden ni reglas o fórmulas química.
Aquí 2+2 no son 4.

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