jueves, 13 de enero de 2011

Capítulo 6. Nos vamos de parto.

Pretendo seguir el diario donde lo dejé, volviendo de Madrid en el tren hace ya un tiempo, para dar constancia de como ha seguido este fascinante, estresante y maravilloso viaje que ha sido ver crecer a Martina.

Y es que los tres últimos meses que han cerrado el año que hace nada acabó han sido un no parar.
Entre la grabación de Martina y los shows con Junior Mackenzie esto ha sido como vivir la vida que siempre he deseado llevar (y que inconscientemente ya estoy llevando). Un día estaba en Zaragoza tocando con Greg Dulli (que es enorme a nivel musical y corporal), otro estaba con Steve Wynn en Madrid (yo quiero tener esa energía a su edad y una mujer como la suya que toque tan bien la batería), al siguiente ofreciendo un showcase en el showroom de Gibson y a los pocos días estaba cerrando la gira en Castellón. Y mientras tanto seguía con las sesiones de grabación y mezcla  para acabar lo que vendrá a ser el primer trabajo de Martina. Cada 2 o tres días estaba en un sitio distinto y me hacía mucha gracia el hecho de que cada mañana, al despertar, tardaba unos segundos en recordar donde estaba.

Lo que decía…UN NO PARAR que me ha hecho disipar cualquier pequeña duda sobre como quiero vivir, a que me quiero dedicar y que es lo que realmente me hace feliz.

Y además de grabaciones y shows, sesiones de fotos de promo, entrevistas con mis diseñadores gráficos….Ah!!!! Y las navidades, en las que estamos obligados por ley y/o por coacción familiar a punta de pistola, a amarnos todos con locura.

En nada tendré el placer de anunciar la salida Volumen 01, tres canciones que constituyen la primera entrega de la trilogía  Cuentos de Aventuras Desafortunadas.

En toda producción musical en la que desarrollo composiciones mías hay varios procesos que sufro y unos pocos que realmente disfruto.

Por ejemplo, componer es uno de los procesos que más disfruto y sufro a la vez, me supone horas de sueño eliminadas y aislamiento total. Es como si no estuviese en la tierra. Mi amiga Emilia me pregunta si soy vampiro y que cuando duermo. Y yo le suelo contestar que ya dormiré cuando me muera.

Es en esta parte cuando tengo que remover cosas y buscar dentro de mi para poder intentar contar cosas con coherencia. Suele ser un proceso doloroso porque echo mano de recuerdos que son duros pero a la vez muy dignos de ser recordados.
Vaya…me gusta esta frase, la guardaré para una canción….recuerdos que son dignos de ser recordados.

Uno de los procesos que mas disfruto es ver como en los ensayos la canción va tomando la forma que he diseñado en mi cabeza.

Pero para mi, grabar es un proceso muy duro ya que es algo que dejas para la posteridad, te plasmas a ti mismo en un cd, vinilo, casette (y/o demás soportes fonográficos). Y yo que soy muy exigente sufro carros y carretas porque intento ejecutar a la perfección a nivel musical y a la vez intento transmitir y dejar constancia del sentimiento que quiero darle a la pieza que estoy grabando.

Sin embargo, con la grabación de este nuevo proyecto he aprendido a relajarme un poquito y he disfrutado un muchillón mas. Sobre todo la grabación de las voces.

Ha sido como…no se…voy a intentar buscar una comparativa…es como cuando eres pequeño y tienes una hucha de cerdito en la que metes monedita a monedita durante muuuuuchos meses (a veces años) porque quieres ahorrar para comprarte el “Barco Pirata de Playmobil” y al final tienes el cerdito a punto de petar. ¿Sabéis ese momento de emoción en el que tienes el martillo en la mano y estas a punto de  reventar al Sr Peggy?. Pues es ese tipo de sensación.

Estar en el estudio con las luces apagadas y grabando las voces para este proyecto ha sido super emotivo. Os recordaré que yo llevo toda mi vida cantando en inglés y que esto es el primer trabajo que realizo en la lengua del imperio. Exhibición personal emocional al 100%.

Y esto ha sido como sumergirse en una bañera llena de espuma, una sensación reconfortante. Las luces apagadas, los auriculares en el volumen correcto, la banda sonando y yo rebuscando en mi interior para dar con la esencia y sentimiento que me había hecho escribir esa canción.

Y en algunos momentos rebusqué hasta el extremo de acabar llorando y no poder seguir cantando.

Uno de los grandes pasaje de esta producción ha sido la grabación de voces y coros de Julia De Castro.

Ya hablé en algún capítulo anterior de Julia.
La señorita De Castro es la cabeza pensante “De la Puríssima”, uno de los proyectos más interesantes que desde mi punto de vista hay en este momento en España.

Pues eso; una artistaza como la copa de un pino. Cantante, actriz, violinista, compositora…
A Julia la conocí por Facebook a principios de Febrero del año pasado y me ha acompañado en casi todos los shows acústicos enriqueciendo todos los temas de Junior Mackenzie con su violín, su voz y su presencia en el escenario.

La grabación de los coros la hicimos juntos. Y dios!!!!! Se creo un ambiente y una magia que nunca había sentido en el estudio. Lo tengo en mi mente como un sueño de esos que hacen que te levantes con una sonrisa en la cara.

Más adelante contaré anécdotas y momentos duros que esta aventura ha producido.

Hace ya un año que una mujer de piel morena, precioso pelo rizado, ojos hipnóticos y supuesta madre de mis futuros hijos me rompió el corazón.

Lo más cómodo sería andar echando pestes y buscar adjetivos descalificativos. Yo no puedo.
Jamás se lo podré agradecer suficientemente porque me cambió la vida a mejor.


Mientras tanto sigo pobre como una rata pero más feliz que un tonto con un lápiz.

En breve me voy de parto, ya estoy con contracciones.

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